REFLEXIÓN N56 EN PANDEMIA

Siento que todo navega en un inconmensurable mar avalancha de noticias sórdidas, rimbombantes, intergalácticas, sociológicas, histrionícas, convictas, indiosincrásicas, antropológicas. Siento digo porque no veo, no puedo ver entre la asfixia de la desinformación y los límites personales. Siento porque me duele el pecho, no es metáfora duele fuerte como le está doliendo al mundo, como si todo lo creado fuera parte de una sola consciencia universal que a través de este dolor que hoy acompaño se está transformando, lo insoportable es parte del proceso. ¿Nos hemos estamos observado constantemente, auto analizando, encontrando los patrones de conducta automatizados por los imparables estímulos externos? Nuestros ideales están demasiado alejados de la sabiduría, la poca espiritualidad es la que nos ha llevado a los peores abismos posibles, la poca empatía por el prójimo y por nosotros mismos. Hoy me siento perdida por eso escribo esto, pero desde mi lugar prometo seguir intentándolo.